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HISTORIA

Se trata de una historia de hace mucho, mucho tiempo...

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Empezaremos con el nacimiento de un joven kitsune albino. En su lugar de nacimiento, una aldea ubicada entre bosques y montañas, esa condición era bastante única. Eran características heredadas de sus antepasados de tiempos tan remotos, que la imagen del mismo lugar era completamente diferente. Desértica y teñida de blanco.

En efecto; el joven nacido, tenía las características de un zorro ártico.

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Para aquellos tiempos, siendo algo tan poco común, se convirtió en algo digno de halago. Se consideraba que los kitsunes albinos eran superiores, si bien esto no creó una distinción jerárquica.

Todos los kitsunes convivían en armonía sin importar las diferencias; Pero si algo era claro, era que todos los sedosos pelajes blancos coincidían en tener altas capacidades. Su número de colas aumentaba más rápido, y también todos y cada uno de ellos se volvían grandes guerreros y cazadores.

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Esta idealización de su pelaje, le hizo sentir tan afortunado, como agradecido. Realmente tenía presente que su mayor deseo era crecer para convertirse en un gran guardián del bosque, como lo eran sus mayores.

Pero para cuando ese momento llegó, se volvió descuidado.

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Sería difícil explicar en un párrafo el transcurso de su vida en aquella aldea, cuando esta duró cientos de años; Pero, en conclusión, se había confiado demasiado.

Era realmente fuerte. Hábil con la espada. Rápido y audáz. También inteligente, y con una gran fuerza espiritual. 

A una edad realmente temprana para lo que cabía esperar de su inmortalidad, ya había conseguido sus siete colas.

Esto le volvió famoso entre el resto de su raza. 

No tenía ni un solo enemigo. Se llevaba bien con todos, y era popular entre las hembras. Su carácter distendido hacía muy fácil relacionarse con él. Y poco a poco, fue cayendo en vicios.

Se vio demasiado involucrado en fiestas, hasta el punto que no pudo dejar el alcohol. Y cada noche tenía a una hembra en su lecho.

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Los sabios le advirtieron en más de una ocasión, de que un guardián con su actitud no podría salvar el bosque. Que necesitaba retomar el camino, pues incluso había dejado de estudiar, siendo la sabiduría la principal batería espiritual de su raza.

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Con el tiempo, desarrolló un vínculo espiritual con otra kistune albina, que eventualmente se volvería su esposa.

Parecía que más o menos, había recuperado el norte, incluso si el jolgorio seguía apoderándose de él de vez en cuando, y su actitud seguía sin ser la mejor.

Pero por esta época ocurrirían los primeros incidentes que llevarían a nuestro protagonista a la desgracia.

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Una mañana, se le asignó a su mujer la tarea de ir a recoger agua. Todos se dividían las tareas, no era algo escepcional, por lo que nadie tenía en cuenta que nada pudiese suceder.

Pero en la orilla del río, esta mujer se encontró con una niña humana.

Estaban realmente lejos de cualquier aldea, por lo que esto realmente la sorprendió. Pero ella siempre había sentido gran fascinación por los niños, y siendo estéril, no pudo evitar acercarse.

Como temía, la niña había huido de casa y se había perdido en el bosque. Por lo que no dudó un instante en acompañarla de vuelta al camino.

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Lo que no esperaba, es que esta niña lo comunicaría a sus mayores, y días más tarde, serían guiados al lugar de encuentro y la kitsune sería asesinada.

Así comenzó la infinita guerra. La caza de los kitsunes.

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CONTINUARÁ

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